domingo, marzo 21, 2010

¡Bienvenid@s!

¡Hola, Lector@s! Les presento mi nuevo blog: Historias de las Músicas.

Resulta que el otro día, reflexionando, me di cuenta que cómo era posible que no tuviera un blog con uno de los temas que más me apasionan: La Histora... y la Historia de la Música. Tengo un blog gastronómico, un blog multifacético... pero no tenía un blog sobre eso así que decidí crearlo.

El título puede que se oiga algo raro pero tengo una explicación y así como inicié el primer post en Historias de los Cerros, explicando el nombre, decido iniciar este primer post de la misma manera.

No sabía exáctamente que nombre ponerle... no quería que tuviera un aire TAN académico como ponerle "Historia Musicae", o "Blog de Historia de la Música" entonces quería un nombre que expresara de lo que se trata pero sin darle un aire escolástico (o no tanto... a pesar de que sí lo será xD). Tampoco quería un nombre cursi como "Historiador en Converse" o una cosa así... entonces se me vino a la mente el hecho de que una de las funciones de un buen historiador es ser un buen storyteller. Además la historia de la música no puede tomarse como un aspecto independiente de la historia política, económica, social, cultural por tanto son muchas "historias" y no deben ser excluyentes una de la otra pues sólo dentro del contexto todas ellas adquieren un sentido más profundo, amplio, incluyente y total. Por tanto preferí el término "Historias" a "Historia" para denotar esas dos vertientes: La Historia como una colección de Historias, de narraciones y la capacidad del historiador (y más si es profesor) de contarlas y Las Historias que acompañan a la Historia de la Música.

Para la segunda parte del título del blog me acordé de las pláticas con Luc Delannoy donde por primera vez escuché el término "Músicas" como un acercamiento más amplio al arte musical que no sólamente comprende la tradición musical occidental académica o la "música escrita" como la describe Taruskin. De esa manera doy por entendido que si bien el campo principal de este blog será esa tradición musical académica también incluirá esas otras tradiciones musicales de variados tiempos y culturas y las reflexiones estéticas, temporales y espaciales que de ellas deriven.

Y, por supuesto, la intencional similitud con el título de mi blog personal/oficial: Historias de los Cerros.


Entonces, con ustedes: "Historias de las Músicas"

Y ¿Qué mejor fecha para estrenar mi blog que el 21 de Marzo?: El Natalicio de .... ¡Johann Sebastian Bach! Mi compositor preferido. Y a quien tendré el honor de dedicarle este primer post:



Pocos compositores hay de quienes se sepa hayan tenido una actividad tan constante a lo largo de toda su vida como de Johann Sebastian Bach.

Incansable compositor, músico, director de música y canto y supervisor de instrumentos. Si bien casi nunca salió de la región central de Alemania y nunca de Alemania, Bach es un compositor que envuelve las características de los distintos estilos de la música barroca. Su biografía es extensa y por lo general bien documentada así que sirva una breve reseña para el propósito de ilustrar sobre su vida.

Johann Sebastian Bach nació el 21 de Marzo de 1685 en el pueblo alemán de Eisenach, en la región de Turingia, al suroeste de Berlín de una familia de varias generaciones de músicos. Su padre, Johann Ambrosious, músico al servicio del ayuntamiento local, sin duda impartió a Johann Sebastian sus primeras lecciones de música.

En 1695, al morir su padre, Johann Sebastian parte al pueblo de Ohrdruff donde vive con su hermano mayor, Johann Christoph quien continúa la educación musical de Johann Sebastian. Entre su educación, Johann Sebastian copió partituras de varios compositores gracias a lo cual estuvo en contacto con los estilos de compositores de diferentes regiones alemanas y países europeos como lo señala Ledbetter en 2002 entre muchos otros autores y biógrafos.

Johann Sebastian inició su carrera musical como soprano en el coro de Lüneburg. En este tiempo entra en contacto con la música de órgano de los organistas Reinken y Vincent Lübeck y al cambiar su voz se enfoca más al estudio del órgano. Dentro este periodo “organístico” caben sus estancias en Arnstadt a partir de 1703 donde contrae matrimonio con María Barbara y en Mühlhausen desde 1707 de donde realiza el conocido recorrido a pie para ver a Dietrich Buxtehude y su prolongada ausencia que causó el enojo de sus superiores (Schonberg, 1981).

En 1708 Johann Sebastian parte a Weimar donde trabaja para la corte del Duque Wilhelm Ernst. Su posición ahí fue relativamente holgada: fue koncertmeister y organista y tuvo varios aumentos de salario. En 1717 Johann Sebastian recibe una propuesta para trabajar en la ciudad de Cöthen y al ser aceptada, enfurece a su patrón el Duque de Weimar y es arrestado. Es liberado poco tiempo después y Johann Sebastian parte a Cöthen. Ahí es nombrado kapellmeister y trabaja para el príncipe de Anhalt-Cöthen (David y Mendel, 1972).

Durante su estancia en Cöthen, Johann Sebastian tiene una intensa actividad compositora. Se obra se centra en trabajos orquestales y de teclado. Compone los conciertos de Brandemburgo, el primer libro del “Clave Bien Temperado” y las Invenciones. Es en esta estancia en Cöthen donde, tras la muerte de María Barbara, contrae nupcias con Anna Magdalena Wilcken.

En 1723 Johann Sebastian se traslada a Leipzig para ocupar el puesto de cantor y director de música en la Escuela de Santo Tomás, puesto que ocuparía hasta su muerte.

En 1740, Carl Philip Emanuel, su segundo hijo, entra al servicio del Rey Federico el Grande y este, habiendo escuchado nombrar y alabar el nombre de Johann Sebastian, pide a Carl que su padre visite la corte. Tras mucha insistencia Johann Sebastian visita la corte de Postdam en 1747 donde sorprende a toda la corte improvisando fugas y probando todos y cada uno de los pianofortes y órganos del lugar. Posteriormente dedicaría su obra Musicalisches Opfer (Ofrenda Musical) al Rey con el tema surgido de dicha visita.

Al final de sus días, Johann Sebastian ya tenía la vista debilitada por las horas de estudio y trabajo incansable día y noche y debido a una enfermedad que lo aquejó en sus últimos años. Tras sufrir dos operaciones fallidas fue perdiendo su vitalidad y la vista por completo, según la biografía de Forkel, hasta que fallece el 28 de Julio de 1750.


Breve comentario sobre el Preludio No. 7 en Mib Mayor del Clave Bien Temperado, Libro II. BWV 876.

Desde hace algunos meses ya he estado estudiando (y puedo decir que llevo un avance considerable) el preludio y fuga en Mib Mayor del segundo libro del Clave Bien Temperado.

El CBT (Clave Bien Temperado) es una colección de 48 fugas con sus respectivos preludios repartidas en dos libros, por tanto, son 24 y 24. Cada preludio y fuga está en una tonalidad distinta mayor y menor de las 12 notas que comprenden nuestra escala musical... por tanto, y sin ánimos de parecer burgués, 12 + 12 = 24.

El CBT es una obra que me ha llamado la atención desde mis primeros años de estudio de piano porque veía el libro en la biblioteca donde tenía clases y me llamaba la atención el reverendo desmouser de notas que observa con la gruesa textura contrapuntística que tienen algunas fugas y me preguntaba si había alguien en el planeta Tierra que pudiera tocar semejante esperpento o si algún día yo tocaría algo de esos libros bonitos en alemán con títulos tan oscuros como "Fuge c-Moll"... recuerdo que una vez le pregunté a mi maestro (a quien admiro y aprecio muchísimo: Alexander Volkov(ff)... no se como escriba su apellido en cirílico) que si qué eran esos libros y básicamente lo que me dijo fue: deja eso ahí, no seas payaso, y ponte a tocar "El Baile del Oso" (los títulos de mi método para piano tenían títulos evocativos de ese tipo... sin embargo, en su defensa debo decir que era un excelente método).

Pero bueno, volviendo, jaja. Al modo desordenado mio, primero saqué la fuga que me gusta mucho pero luego hablamos de ella. Y ya que tenía la fuga relativamente lista me puse a trabajar con el preludio. Si bien es sabido que Bach no compuso el CBT como una obra íntegra de principio a fin ad hoc sino que tomó obras de muchas y variadas fuentes para completarla, esperaba que el preludio adquiriera un caracter acorde al sentimiento cuasi-religioso, inspirador, chacona (a veces se me afigura una chacona por la acentuación del segundo tiempo... me gusta tocarlo moderado, no rápido, me gusta más esa intención). Entonces esperaba esa idea. Pero, oh sorpresa, no. El preludio es una alegre, maravillosa y viva danza en 6/8 con un bajo extremadamente rítmico y dancístico (como en los compases 5-10 o su contraparte manejada en el V de los compases 8-11). Como lo dijo el pianista Andreas Schiff (con un pesado acento eslavo) en ese maravilloso documental de la BBC de 1997 sobre Bach, hablando del CBT: "You feel like dancing and bouncing and you are happy to be alive".





Al estilo de Bach, este preludio alterna contrastantemente entre una multitud de sentimientos y sensaciones creados por la modulación continua, el uso de acordes secundarios, etc. (como el periodo en Do menor de los compases 21 - 24 y su paso a un arpegio en Fa Mayor con séptima que parece anunciar un alivio la tensión para luego sorprender al compás siguiente cuando continua en Sib menor regresando a la tensión anterior. Al compás siguiente aparece un Mib Mayor con séptima y de nuevo uno presiente que, ahora sí, ya descansaremos y efectivamente, Bach nos da el ya esperado descanso pasando a Lab.

Otra parte notable de este preludio es la que aparece en los compases 29-31 donde está este juego polifónico-melódico entre ambas voces en un círculo de cuartas ascendentes y mezcla de funciones secundarias (Re°-Sol°-Do7-Fa menor-Sib7-Mib) para concluir en una cadencia IV - V7 - I en Sib.

Otra que me gusta mucho es cuando en los compases 34, 36, 38, 40 aparece este juego de tresillos descendentes casi cromáticos (o cromáticos, de hecho, en algunas notas) que entran con unos dramáticos saltos en el bajo de séptima en los primeros tres y novena (¡!) en el cuarto.




Y para acrecentar la tensión antes de este maravilloso climax que es el compás 60, Bach trabaja desde el compás 47 en Sol menor, acentuando los Fa# de esa tonalidad y de repente aventando Do# de funciones secundarias de Re, la Dominante de Sol menor. En el compás 58 comienza este episodio de creciente tensión y fuerza y teatralidad basados en el motivo principal del preludio pero que cada vez suben un tono dando esa sensación de "subir", de "crecer", de "más" hasta que triunfa de nuevo (y por fin) el motivo original en la tonalidad original en Mi bemol en el ya mencionado compás 60. Ahora, lo interesante aquí es que Bach no había vuelto a tocar la tonalidad original como tal desde el compás 35, entonces tuvimos 25 compases donde la música se paseo por una gran gama de diferentes acordes dando una sensación de movimiento continuo, de búsqueda, de "no, aquí no es... a la mejor es acá... no, tampoco... acá... tampoco" hasta que sobre todo el relajo armónico anterior aparece victoriosa la tonalidad en el compás 60.

A partir del 60 Bach hace una recapitulación de los dos primeros tres compases de la obra para luego jugar con el último motivo de esos tres compases para llegar a un súbito y lleno de suspenso stop en la Dominante con séptima en el compás 67 que nos da un frenón del cual todavía no nos podemos recuperar cuando expone la cadencia V - I en una textura acórdica no usada en todo el preludio lo que la hace más dramática seguida de una escala ascendente de Mib (que se me afigura alguna figuración, valga la redundancia, evocadora del bel canto de la ópera italiana barroca) para terminar en una maravillosa coda del arpegio de Mib descendiente en tresillos que de las alturas cae revoloteando hasta rematar en un fabuloso y retumbante Mib solitario que cierra total y definitivamente la obra. (En este pedazo me gusta mucho estar tocando el Mib grave con la mano izquierda cada inicio de tresillo, me gusta cómo se oye).




Y, por último, les dejo este video donde pueden el progreso de la partitura. En este video el ejecutante está tocando con un harpsicordio con efecto. Por ahí del 03:22 termina el preludio y comienza la fuga. De la fuga escribiré proximamente.




Entonces, aquí está mi comentario a este gran preludio de Bach y aquí termina este primer post con el que queda inaugurado mi nuevo blog "Historias de las Músicas"!

Sale!!




Bibliografía
Bukofzer, M. F. (2002). La música en la época barroca: de Monteverdi a Bach. Madrid: Editorial Alianza.
David, H. T. y Mendel A. (Eds.). (1972). The Bach Reader. Nueva York: W.W. Norton & Co.
Schonberg, H. C. (1981) The Lives of the Great Composers. Nueva York: W.W. Norton & Co.